miércoles, 26 de agosto de 2020

María del Tránsito de Jesús Sacramentado


La Madre María del Tránsito Caba­nillas nació en la Argentina, murió en la Argentina, y desa­rro­lló todo su apos­tolado en la Argen­tina. Por eso es tan importante recordarla:  ayer, 25 de agosto, celebramos su conmemoración litúrgica por ser el día de su ‘dies natalis’.

La primera mujer argentina en alcanzar la gracia de la beatificación nació el 15 de agosto de 1821 en San Roque, Córdoba. Sus padres tuvieron en total once hijos, a quienes pro­porcionaron una educación cristiana; algunos de ellos se consagraron a Dios en la vida religiosa.
En su bautismo le pusieron María del Tránsito Eugenia de los Dolores, nombre al que más a­de­lante ella le agregaría “de Jesús Sacra­men­ta­do”.
A los 12 años tomó su primera comunión en una capilla de campo. A los 15 años se confirmó. Durante su juventud ejerció el apostolado seglar como se practicaba en las asociaciones religiosas de la época, sobre todo en la tercera Orden Franciscana, e impartió catequesis a los niños.
«En el año del Señor de 1870 —escribe—, en el mes de septiembre, me inspiró nuestro Señor el deseo de fundar una casa de religiosas terciarias de penitencia de nuestro Padre San Francisco». Sólo en 1878 (después de haber probado la vida religiosa en el Carmelo de San José de Buenos aires y con las Salesas de Montevideo) pudo concretar esa inspiración, gracias al apoyo de su obispo y la ayuda material del señor Agustín Garzón. El 8 de diciembre de ese año, monseñor Uladislao Castellanos bendijo la iglesia y el colegio Santa Margarita de Cortona (en el barrio San Vicente de Córdoba) y dio el hábito franciscano a la fundadora y a sus dos postulantas.

Así se fundó la Congregación de Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas. Sus principales objetivos eran «promover las obras de caridad y misericordia y dar educación gratuita a las hijas de los pobres y desamparados». La nueva Con­gregación tuvo una gran extensión y un rápido crecimiento vocacional. En 1879 el Ministro General de la Orden nombró Director de la Congregación al padre Porreca o.f.m., y a la Madre Tránsito como Superiora. Ese mismo año se fundó en Río Cuarto el Colegio Nuestra Señora del Carmen. En 1882 se fundó en Villa Nueva (Córdoba) la tercera casa, dedicada a la Inmaculada Concepción. Para 1883, las casas de Villa Nueva y San Vicente ya tenían más de un centenar de alumnas y la de Río Cuarto, más de trescientas.

Para solventar los gastos, las hermanas –con la Madre Tránsito a la cabeza– debían salir cada día a pedir limosna con su canastito. «Aunque no nos dieran nada y en lugar de limosnas nos regalaran insultos, decíamos igualmente ‘¡Jesús se lo pague!’, y nos íbamos». Precisamente la Beata María del Tránsito es representada con una canastita.

El padre Porreca fue paulatinamente des­plazando a la Superiora y logró finalmente su destitución, quedando a cargo de la Congregación. Pese a este accionar del sacer­dote, que además cambió la orientación inicial pensada por Tránsito para el Instituto, la religiosa jamás profirió una queja.

El 25 de agosto de 1885, luego de una larga enfermedad, María del Tránsito pidió que le administraran los sacramentos, pues sabía cercana la hora de su muerte. Luego de dar gracias a Dios rezó la preparación para la buena muerte, pidió que la sentaran y entregó su alma a Dios en un clima de paz y serenidad. Fue sepultada en el terreno destinado a la Iglesia de Santa Margarita de Cortona en la ciudad de Córdoba.

Fue beatificada el 14 de abril de 2002 por Su Santidad Juan Pablo II.

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