miércoles, 7 de julio de 2021

De la encíclica "Rerum Ecclesiae"

«Ya desde la aurora misma de la aurora de nuestra Redención, los pensamientos y cuidados preferentes de los Papas se encaminaron a llevar, a una con la luz de la doctrina evangélica, los beneficios de la civilización cristiana a los pueblos que yacían en las tinieblas y sombras de muerte, sin arredrarse jamás ante obstáculos ni dificultades algunas.

No podía ser de otro modo, ya que la Iglesia misma no tiene otra razón de existir sino la de hacer partícipes a todos los hombres de la Redención salvadora, por medio de la dilatación por todo el mundo del Reino de Cristo.

Por donde se ve que quien, por la divina gracia, tiene en el mundo las veces de Jesucristo, Príncipe de Pastores, no sólo no debe contentarse con defender y conservar la grey del Señor ya a él confiada, sino que faltaría a una de sus más graves obligaciones si no procurase con todo empeño ganar y atraer a Cristo las ovejas aún apartadas de Él».

«Convenzámonos de que nadie debe ser tenido por tan pobre y desnudo, nadie por tan débil, hambriento y sediento, como el que carece del conocimiento y de la gracia de Dios. Con esto ante los ojos, recordemos que quien es misericordioso con los más necesitados del mundo, no quedará a su vez desprovisto de la misericordia de Dios y de su recompensa».


(ENCÍCLICA RERUM ECCLESIAE 

DEL SUMO PONTÍFICE PÍO XI 

SOBRE LA ACCIÓN MISIONERA)

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