"Un pontificado catastrófico que socava los elementos estructurales de la Iglesia": tal el título que Rorate Caeli le dio a esa nota del padre Padre Benoît de Jorna, FSSPX, Superior del Distrito de Francia, dirigida a los sacerdotes de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.
Una iglesia sacudida hasta la médula
Carta a los hermanos sacerdotes, marzo de 2023
El pontificado del Papa Francisco acaba de pasar la marca de los diez años, que ya es un tiempo honroso. Por tanto, es posible echar una primera mirada atrás, como hicimos la última vez sobre el pontificado del Papa Benedicto XVI. Para empezar, para aclarar nuestra posición, no tenemos animosidad personal hacia el Papa Francisco. Por el contrario, ha hecho varios gestos significativos hacia la Fraternidad San Pío X, que son importantes para nosotros.
Todo el mundo reconoce que el Papa Francisco tiene un modo de gobierno muy personal, algo autoritario, que actúa a voluntad y, a menudo, de forma impredecible. El número de Motu Proprios que ya ha promulgado es señal inequívoca de ello. En términos absolutos, por supuesto, se podría discutir sobre esta forma de hacer las cosas, pero ciertamente no es el primer Papa que actúa de esta manera. En cualquier caso, no es su método de liderazgo lo que discutiremos hoy.
Lo que realmente nos parece importante no es cómo actúa el Papa Francisco, sino lo que hace, el contenido mismo de su acción. Y aquí, hay que decirlo claramente, los resultados del pontificado nos parecen bastante catastróficos. El Papa Francisco socava constantemente los elementos estructurales de la Iglesia, los pilares de la vida cristiana, y los sacude hasta la médula, dejándonos temer o prever su ruina total.
No es precisamente en el orden especulativo, dogmático, que ataca. No es, al parecer, un dominio que le atraiga y le fascine. Se concentra más bien en el dominio práctico, el de la acción, y allí da grandes pasos, lamentablemente en la dirección equivocada.
Primero atacó la moralidad, un campo que había sido, de alguna manera y solo parcialmente, preservado de un cuestionamiento sistemático. A través de varios documentos e iniciativas, ha allanado el camino para la satisfacción de demandas "sociales", como el acceso a los sacramentos para los divorciados vueltos a casar y las 'parejas' homosexuales, el reconocimiento de la identidad trans, el acceso de las mujeres a los ministerios ordenados, etc., como bien ha entendido el Sínodo alemán.
La segunda etapa del bombardeo es el asalto masivo y coordinado a la liturgia tradicional, que se celebra de manera tan modesta y marginal. Se trata de erradicar todo lo que recordaría no sólo a la Iglesia anterior al Concilio Vaticano II, sino incluso simplemente a la Iglesia anterior a Francisco , ya que, después de todo, el regreso oficial de esta antigua liturgia data solo de su predecesor.
El Papa Francisco, con sus acciones en estas y otras áreas paralelas, sin duda dejará atrás a una Iglesia profundamente conmovida
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