miércoles, 8 de noviembre de 2023

"La Virgen María en el culto y en la vida de la Iglesia"

Ayer comenzó el Mes de María. Por eso nos complace compartir el texto de la carta enviada en 1977 por el Cardenal Jean Villot, entonces Secretario de Estado del Vaticano, a Mons. Carlo Manziana, a la sazón Presidente del Centro de Acción Litúrgica, con ocasión de la XXVII Semana Litúrgica Nacional Italiana, dedicada al tema de la Virgen María en el culto y en la vida de la Iglesia. El texto de este documento fue publicado en el número 28/29 de la revista Liturgia, órgano informativo del Secretariado Nacional de la Comisión Episcopal Argentina, en la edición que corresponde al período enero-junio de 1977. Hemos omitido las citas a las Acta Apostolicae Sedis y hemos añadido un par de imágenes del santuario boloñés mencionado en el  documento. Más allá de los datos meramente circunstanciales, la carta ofrece elementos siempre valiosos en relación con el  culto a la Madre de Dios.



Excelencia Reverendísima: 


El Santo Padre ha sabido con agrado que la XXVII Semana Litúrgica Nacional, promovida por el Centro de Acción Litúrgica, se desarrolla este año en Bolonia, donde ya tuvo lugar otra vez en 1963, y tendrá como objeto de sus celebraciones y jornadas de estudio, el tema de María Santísima en el culto y en la vida de la Iglesia, volviendo a considerar el tema mariano, ya tratado en la Semana de Vicenza en 1954, para profundizar en él a la luz de la teología del Concilio Vaticano II, que ha colocado de nuevo a María en el contexto de la doctrina cristológica y eclesiológica. 

No se puede pensar en Bolonia sin que venga a la mente el bello santuario de la Virgen de San Lucas, situado en la colina de La Guardia; santuario que no sólo domina la ciudad desde lo alto, sino que está visiblemente unido a ella, mediante el admirable pórtico, tres veces secular, con que la piedad de los antepasados quiso afirmar hasta plásticamente los vínculos espirituales entre Bolonia y la Madre del Señor. Precisamente a estos vínculos se refería Su Santidad en la carta enviada al cardenal Antonio Poma, con ocasión del V centenario del descenso anual de la Virgen de San Lucas a la ciudad, para exhortar a los boloñeses, y no sólo a ellos, a reafirmar, con una vida cristiana coherente, los compromisos asumidos con la Virgen.



CON MARÍA, MADRE DE JESÚS 

En este marco histórico ambiental, parece ser más significativo aún el tema de la Semana dedicado totalmente a la Virgen y anunciado felizmente con las mismas palabras de los Hechos: "Con María, Madre de Jesús", con las que se quiere evocar el puesto privilegiado de la Virgen tanto al comienzo de la historia de la salvación, en el Nacimiento (cf. Lc 2, 16), como a la conclusión de la vida terrena de Cristo, en el Calvario (cf. Jn 19, 25), o en los comienzos de la Iglesia, en Pentecostés (cf. Act 1, 14). 

Todos conocen el interés que el Sumo Pontífice ha tenido siempre por el culto mariano y cómo se ha preocupado constantemente por su desarrollo y por hacerlo cada vez más genuino en todas sus expresiones, a la luz de los grandes principios de la fe cristiana y en la amplia perspectiva de la vida de la Iglesia. Con este fin publicó hace dos años la Exhortación Apostólica Marialis Cultus, con la que quiso sobre todo "favorecer el desarrollo de aquella devoción a la Virgen que en la Iglesia ahonda sus motivaciones en la Palabra de Dios, y se practica en el Espíritu de Cristo".

Virgen de San Lucas (Bolonia)
-Imagen tomada del sitio web arquidiocesano-


El Vicario de Cristo ha visto por ello con satisfacción que en el programa preparado para la Semana se propone, precisamente en la línea de la Marialis Cultus, poner en evidencia el rico contenido doctrinal, progresivamente desarrollado desde los comienzos de la Iglesia hasta hoy, en las celebraciones y en los textos de la liturgia mariana, subrayando en ello, con el fundamento bíblico, la nota trinitaria y cristológica para hacer resaltar después los aspectos ecuménicos, antropológicos y pastorales. El Santo Padre desea efectivamente que los fieles se eduquen y habitúen, mediante una oportuna catequesis y apropiadas instrucciones, a captar la riqueza teológica de los textos litúrgicos y a sacar de ellos las indicaciones prácticas también en lo relacionado con el modo de expresar su devoción a la Virgen. 


LA "MADRE DE LA IGLESIA" 

Otro punto que el Santo Padre quiere subrayar, como digno de particular atención por su importancia, es el concerniente a la relación entre María y la Iglesia, es decir, la misión de María en el misterio de la Iglesia y su puesto eminente en la comunión de los Santos (cf. Marialis Cultus, 28). Esta misión, que se enlaza con la presencia única de María en el misterio de Cristo y con la relación misteriosa entre el Espíritu Santo y la Virgen de Nazaret, quedó ya claramente expuesta y reafirmada en el Concilio Vaticano II (Lumen Gentium, cap. VIII), pero el Sumo Pontífice quiso sancionarla con su autoridad cuando, en la clausura del III período del Concilio, a la vez que promulgaba la citada Constitución, proclamó a María "Madre de la Iglesia", es decir, de todo el Pueblo de Dios, tanto de los fieles como de los Pastores. El Santo Padre renueva, pues, la exhortación que ya entonces hiciera de que la Virgen sea aún más honrada e invocada por el pueblo cristiano con tal título, que ahora tiene también una expresión litúrgica en la nueva Misa votiva De Beata María Vergine Ecclesiae Matre, que aparece en la segunda edición del Misal Romano  ¹. 

En tercer lugar, el Supremo Pastor ve con agrado que, juntamente con el culto litúrgico a la Virgen, se tomen en consideración las expresiones de la piedad popular, que, al ser oportuna y válidamente enriquecidas, en su primitiva espontaneidad, con formas nuevas que broten de genuina inspiración religiosa y de sensibilidad pastoral, pueden y deben contribuir a hacer el culto a la Virgen, tal como desea la citada Exhortación Apostólica, sólido en su fundamento, objetivo en el encuadramiento histórico, adaptado al contenido doctrinal, límpido en sus motivaciones, tal que pueda llegar a convertirse, aun cuando sea lentamente, no ya en obstáculo, sino en medio y punto de encuentro para la unión de todos los creyentes en Cristo ².

Virgen de San Lucas (Bolonia)
-Imagen tomada del sitio web arquidiocesano-


LA RELIGIOSIDAD POPULAR 

Efectivamente, como afirmaron muchos obispos en el Sínodo de 1974 y el mismo Sumo Pontífice en la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi del 8 de diciembre de 1975, también las expresiones de la piedad popular son ricas de innegables valores y, si están bien orientadas mediante una pedagogía de evangelización, pueden llevar a las masas populares a un verdadero encuentro con Dios en Cristo Jesús.

El Santo Padre hace votos, por tanto, de que la Semana Litúrgica -que reunirá en torno a una significativa presencia del Episcopado a numerosos sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, provenientes de todas las partes de Italia, comprometiéndoles a la oración y al estudio e intercalando las lecciones de los relatores con celebraciones litúrgicas ejemplarmente preparadas en e desarrollo ritual y animadas por el canto de toda la asamblea-, sea para todos los participantes escuela de cómo se celebra, ejemplo de cómo se reza y de cómo se canta, pero sobre todo acreciente en ellos amor y la verdadera devoción a la Virgen Madre de Cristo y de la Iglesia, y refuerce su compromiso a tener alto en la comunidad cristiana el nombre y el honor de María, de modo que sea para todos modelo de fe y de plena correspondencia a cualquier la invitación de Dios y al mismo tiempo de plena asimilación de la enseñanza de Cristo y de su caridad. 

Con esta esperanza y asegurando su oración por el feliz éxito de las reuniones, Su Santidad imparte de corazón una especial bendición apostólica al arzobispo de Bolonia y Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, cardenal Antonio Poma; a su venerado predecesor en la sede de San Petronio y promotor del Movimiento litúrgico en Italia, cardenal Giacomo Lercaro; al cardenal Albino Luciani, patriarca de Venecia, que tendrá la introducción; y a todos los obispos presentes; al presidente emérito del Centro de Acción Litúrgica, mons. Carlo Rossi; a Vuestra Excelencia y a todos los organizadores, a los relatores y a todos los participantes en la Semana. Aprovecho gustoso la circunstancia para confirmarle mis sentimientos de distinguida estima. 

Cardenal Jean VILLOT, Secretario de Estado de Su Santidad 

Texto tomado del "L'Osservatore Romano", Edición en Lengua Española, Año VII,  Núm. 37 (402), 12 de septiembre de 1976


1. cf. Missale Romanum, ed. typica altera 1975, págs. 867-869
2.  cf. Marialis Cultus, 33 y 38

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