miércoles, 29 de noviembre de 2023

"Un pedacito de cielo lo arregla todo"


Un día el padre Juan Bosco fue a visitar al Padre Cottolengo.

Padre Cottolengo ―dijo el joven Boscovengo a pedirle un consejo: ¿qué remedio debo recomendar a las personas que vienen a contar que están aburridas de la vida, desesperadas y llenas de mal genio por la pobreza, por las enfermedades o por el mal trato que les dan los demás?

Mira, Bosco respondió Cottolengo―: el mal del aburrimiento y de la desesperación es el mal moderno más común de todos. Para combatirlo, nos ha mandado Dios un gran remedio siempre antiguo y siempre nuevo: pensar en el cielo que nos espera. No olvides nunca que un pedacito de cielo lo arregla todo.

Se fue Don Bosco a practicar el consejo recibido de tan popular apóstol, y pronto empezó a notar los maravillosos resultados. Llegaban a su despacho individuos malhumorados, que no saludaban a ninguno de los que estaban en la sala esperando turno para ser atendidos; personas consumidas por la tristeza y carcomidas por la angustia. El Padre Bosco, recordando que un pedacito de cielo lo arregla todo, les hablaba de cómo hay que vivir como resucitados, con la alegría del cielo que nos espera, de esa alegría que gozaremos en plenitud dentro de poco tiempo... Aquellas personas cambiaban de semblante. Parecían renacer de nuevo... 

Un pedacito de cielo lo arregla todo.

(tomado de un boletín informativo del templo Jesús Sacramentado de la Ciudad de Buenos Aires)

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